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APROXIMACIÓN AL CONCEPTO, DEFINICIÓN Y MÉTODO DE LA POESÍA

 

(Reflexiones subjetivas entresacadas de la experiencia propia y de los otros  que  escribieron  poesía  y  sobre la poesía)  a todos:   muchas gracias

(por Luis Vargas Alejo

en Granada a 7 de abril de 2004 España)  


 

Los intentos para definir la poesía han sido muy variados a lo largo de los tiempos, teniendo en cuenta además, la evolución y significado de la misma desde Homero y Herodoto hasta nuestros días, las diversas corrientes y estadios por los que ha pasado y que,  seguirá pasando, debido a los cambios, tanto filosóficos como culturales, por los que atravesó, atraviesa y atravesará, el lenguaje.

 

 
 

Mis reflexiones sobre el aspecto fundamental de la poesía actual y su manifestación en la lengua castellana, no pretenden ser, ni eruditas ni dogmáticas, ni siquiera  técnico farragosas. Simplemente pretenden dar un parecer sobre qué es la poesía, el poema y el poeta, partiendo de algunas reflexiones de autores muy reconocidos.

 

 
 

Exponer, a modo  didáctico de taller poético,  mi visión de qué y cómo ha de ser la palabra poética, para manifestarse y hacer resonancia en los sentidos y poder alcanzar el título de poesía con significado artístico.  

 

 
 

  •  

  •  ¿Qué es poesía?  

 

 
 

Según Octavio Paz, la poesía, en su esencia, es una recreación y una revelación de lo ya existente, por medio del lenguaje literario, tras la elaboración en la conciencia del poeta.
  

 

 
 

 

 
 

Pero de un lenguaje especial que, usando de la arbitrariedad semántica de las palabras, su gramática y morfología, la grafía y el significado y significante del lenguaje científico y prosaico, trata de revelar el mundo subyacentes de significados emocionales y vivenciales  que, difícilmente, pueden expresarse  de otra manera.

 

 
 

 

 

 
 

Nunca se ha podido definir bien qué fue primero, si el pensamiento o el lenguaje, pero sí está demostrado, que no hay pensamiento sin lenguaje y viceversa, y que todo pensamiento viene precedido por una emoción. 

 

 
 

 

  •  

  • La poesía, por tanto, es un lenguaje. Pero, ¿qué clase de lenguaje? 

 

 
 

Existen convencionalmente dos clases de lenguajes: el emotivo o evocativos y el indicativo.
 

 

 
 

 

 
 

Los lenguajes indicativos son calificados de informativos, referenciales y, con menos razón, los emotivos, simbólicos. La diferencia entre uno y otro es esencialmente la vieja diferencia entre el lenguaje científico y el lenguaje literario -- y, por excelencia, poético --.
 

 

 
 

 

 
 

Algunos filósofos explican que la sublimidad de la poesía actual se apoya en el hecho de que las frases poéticas son incitadoras en la forma, pero vacías de contenido. Los poetas emplean un lenguaje que «sugiere» casi todo justa y precisamente porque no parece “decir” nada.
 

 

 
 

 

 
 

Esta doctrina -- que a veces parece más bien una denuncia -- tiene, a primera vista, un aire bastante convincente. El lenguaje poético no parece describir la realidad, sino alguna otra cosa,  acaso “otra realidad”: la que nace y subyace en la emoción, en los sentires, en los deseos y en los sueños de todo ser humano y que es inenarrable con el verbo común. 
 

 

 
 

 

 
 

Si examináramos como ejemplo algún verso de algún poema sin saber ni quién lo escribió, podríamos concluir con el filósofo José Ferrater Mora:  

 

 
 

 

 
 

“Una ausencia de espejo ha devorado mis ojos...”
 

 

 
 

 

 
 

“¿Qué dice el poeta? Traducido el verso a un lenguaje «informativo», algo bastante raro. Para empezar, “ha devorado mis ojos” es un poco alarmante; ¿en qué consiste y cómo se devoran los ojos, a menos que sea «de verdad» (cosa que el poeta no quiere decir)? Lo más probable es que sea un modo de decir que los ojos han quedado como ciegos.

Pero esto es aun tolerable. ¿Qué ocurre con la “ausencia de espejo”? En primer lugar, ¿qué significa hablar, como si fuese una presencia, de una ausencia? Algunos filósofos han disertado ad nauseam sobre presencias y ausencias, pero, una vez traducidas, o interpretadas, sus digresiones, e inclusive sus juegos de palabras, se ha concluido que no eran más extravagantes que cualesquiera proposiciones modales, donde la ausencia puede ser entendida en términos de posibilidad.

Puede que el poeta no esté lejos de entender las cosas -- o la ausencia de ellas -- de este modo, aunque se le haría magro favor, en cuanto poeta, en convertirlo en un especialista en lógicas modales. En segundo término, y sobre todo, ¿cómo concebir que una ausencia de espejo pueda devorar los ojos de nadie, incluyendo los muy reales del poeta?
 

 

 
 

 

 
 

En el poema titulado Palme, Paul Valéry ha escrito:  

 

 
 

 

 
 

¡Paciencia, paciencia!

 

 
 

Paciencia en el azul [en el cielo, el cielo azul, de la Côte d'Azur]
Cada átomo de silencio
Es la ocasión [la oportunidad, la suerte, el albur] de un fruto maduro.  

 

 

 
 

¿Qué «dice» el poeta? De hecho, no «dice» (una vez más) nada.  connsideremos los dos primeros versos. No son de índole emotiva, sino     imperativa: el poeta ordena y manda al poeta -- o a todo creador -- ser     paciente. Con ello se plantea un problema suplementario: el de un lenguaje     cuyas expresiones son imperativas.

 

 
 

 

 

 
 

Puede que en este caso el poeta alcance a «decir» algo, si bien quienes más han insistido en la división de lenguajes en informativos, imperativos, etc., han observado a menudo, paradójicamente, que las expresiones imperativas pueden ser consideradas como una subclase de pseudoenunciados emotivos. Según esto, las expresiones imperativas se limitan a expresar el deseo -- o deseos -- de quienes las formulan. Consideremos el problema resuelto. ¿Qué sucede con los dos últimos versos? Serían casi extravagantes para alguien que, formado exclusivamente en las ciencias, no hubiese oído hablar nunca de poesía, aun cuando lo más probable es que, a tenor del carácter metafórico de gran parte del lenguaje corriente y moliente, hubiese hecho poesía sin saberlo, como Monsieur Jourdain -- el inevitable ejemplo -- hablaba sin saberlo en prosa. Tratemos, en efecto, de traducir dichos dos versos a un lenguaje informativo que cumpla con las condiciones pertinentes. ¿Cabe hablar en serio de «átomos de silencio»? ¿Cabe decir, con «buena conciencia científica», que los átomos de silencio ofrecen oportunidades de frutos maduros?

 

 
 

 

 

 
 

Parece, pues, que la división de los lenguajes en científicos (en general) y en poéticos (en general) es inevitable. O el escritor aspira a decir algo -- en cuyo caso su lenguaje no será poético, o lo será á son insu --, o le tiene sin cuidado decir nada -- en cuyo caso su lenguaje no será indicativo, esto es, declarativo o, si se quiere, hipotético-declarativo; en todo caso, referencial o científico.

 

 
 

 

 

 
 

Es posible que pudiéramos hablar de otra clasificación de los lenguajes. Es evidente que entre el lenguaje de la poesía y el de la ciencia hay una diferencia cualitativa: el de la ciencia depende menos del contenido que de la forma o, mejor dicho, de la estructura. Es decir, la estructura del lenguaje científico es reversible; la del lenguaje poético, irreversible. El científico puede, si quiere, alterar el orden de los vocablos, o de los símbolos, siempre que cumpla con la condición  de no alterar el sentido, conservar la correspondencia, mantener la sinonimia, el principio de simplicidad y la armonía.

 

 
 

 

 

 
 

El poeta, sin embargo, no puede alterar la estructura de su obra a riesgo de transformarla”

 

 
 

 

 

 
 

La distinción no está por lo que el lenguaje es, sino por lo que “tiende a ser”.”  (Resumen de artículo o reflexiones sobre el lenguaje poético por  José Ferrater Mora)

 

 
 

   

  •  

  •     Definiciones de la poesía.-  

 

 
 

La poesía, en suma, a diferencia de la ciencia o de la prosa, parece obedecer solo ciertas leyes: sus propias leyes.

 

 
 

 

 

 
 

La poesía en suma es indefinible.

 

 
 

 

 

 
 

Cada poema es una unidad autónoma e independiente, dependiente del poeta. Es un ideal perseguido o una realidad conseguida. Como en el amor, el primer impulso interior te lleva a escribir o a enamorarte, pero luego hay que reflexionar y trabajar ese amor o esa creación poética.

 

 
 

 

 

 
 

Juan de Mairena dijo:  “Hemos de hablar modestamente de la poesía, sin pretender definirla, ni mucho menos obtenerla, por vía experimental, químicamente pura”

 

 
 

 

 

 
 

Juan Ramón Jiménez apostilló: “La poesía, principio y fin de todo, es indefinible. Si se definiera, el definidor sería el dueño de su secreto, el dueño de ella, el verdadero, el único dios posible. Y el secreto de la poesía no lo ha sabido, no lo sabe, no lo sabrá nunca nadie, ni la poesía admite dios alguno, es diosa única de dios, por fortuna para Dios y para los poetas”

 

 
 

 

 

 
 

Vicente Aleixandre decía: que la poesía “era conocimiento implacable”

 

 
 

 

 

 
 

Giacomo Leopardi:  “la poesía es perderse en lo infinito”

 

 
 

 

 

 
 

Pedro Salinas: “la poesía es encontrar la esencia de la realidad, descubriendo el tiempo y sus interrogantes”

 

 
 

 

 

 
 

Cesar Vallejo, decía: “Un poema es una entidad vital mucho más organizada que un ser orgánico en la naturaleza. Si a un poema se le mutila un verso, una palabra, una letra, un signo ortográfico, muere.” 

 

 
 

 

 

 
 

Saint-John Perse la definía como  “la ciencia del ser”.

 

 
 

 

 

 
 

Antonio Machado lo hizo “como la palabra esencial: inquietud, angustia, temor, resignación, esperanza, impaciencia contada con signos del tiempo y revelaciones del ser en la conciencia humana”.

 

 
 

 

 

 
 

Juan Ramón Jiménez afirmaba “que la poesía es el encuentro después del hallazgo”

 

 
 

 

 

 
 

Leopold Sedar Sénghor (poeta senegalés) “la poesía es el ritmo en la palabra que tiene por objeto expresar la densidad de un misterio en el primer momento inefable. Es una forma de economía y de sustitución de pudor que traduce mejor la rica profundidad de la emoción-idea, como cuando se dice menos para decir más”

 

 
 

 

 

 
 

Boris Pasternack también dice: “la poesía es la musicalidad de las cosas que discurre a ondas para recrear con la palabra imágenes visuales”

 

 
 

 

 

 
 

Y casi todos los poetas y estudiosos del lenguaje le han dado alguna explicación más o menos coherente, tratando de explicar lo que en su esencia es inexplicable –valgan estos ejemplos expuestos aquí y entresacados de muchas lecturas- pero desde mi punto de vista el que mejor define qué es la poesía es Octavio Paz en su obra “La casa de la presencia”  donde dice: 

 

 

 
 

“la poesía es conocimiento, salvación, poder y abandono. Operación capaz de cambiar al mundo, la actividad poética es revolucionaria por naturaleza; ejercicio espiritual, es un método de liberación interior. La poesía revela este mundo; crea otro. Pan de los elegidos; alimento maldito. Aísla; une. Invitación al viaje; regreso a la tierra natal. Inspiración, respiración, ejercicio muscular.

Plegaria al vacío, dialogo con la ausencia: el tedio, la angustia y la desesperación la alimentan. Oración, letanía, Epifanía, presencia.

Exorcismo, conjuro, magia.

Sublimación,  compensación, condensación del inconsciente. Expresión histórica de razas, naciones, clases. Niega a la historia: en su seno se resuelven todos los conflictos objetivos y el hombre adquiere al fin conciencia de ser algo más que tránsito. Experiencia, sentimiento, emoción, intuición, pensamiento no-dirigido. Hija de azar; fruto del cálculo.

 

 

 
 

Arte de hablar en una forma superior; lenguaje primitivo. Obediencia a las reglas; creación de otras. Imitación de los antiguos, copia de lo real, copia de una copia de la Idea. Locura, éxtasis, logos. Regreso a la infancia, coito, nostalgia del paraíso, del infierno, del limbo. Juego, trabajo, actividad ascética. Confesión. Experiencia innata. Visión, música, símbolo. Analogía: el poema es un caracol en donde resuena la música del mundo y metros y rimas no son sino correspondencias, ecos, de la armonía universal. Enseñanza moral, ejemplo, revelación, danza, dialogo, monólogo.

Voz del pueblo, lengua de los escogidos, palabras del solitario. Pura e impura, sagrada y maldita, popular y minoritaria, colectiva y personal, desnuda y vestida, hablada, pintada, escrita, ostenta todos los rostros pero hay quien afirma que no posee ninguno: el poema es una careta que oculta el vacío, ¡prueba hermosa de la superflua grandeza de toda obra humana!”

 

 
 

 

 

 
 

Y dicho esto, podemos añadir que:

 

 
 

 

 

 
 

La poesía puede o no puede contar cosas, pero nunca transmite información al modo de la novela o la prosa poética. No es narradora de hechos, sino de emociones.  Por ello se trabaja con imágenes que generen exaltación o emociones que susciten sensaciones de todo tipo, desde el placer al dolor.

 

 
 

 

 

 
 

La poesía es un metalenguaje donde lo que destaca es cómo están dichas las cosas, al margen del tema tratado que, muchas veces o la mayoría de ellas, no es lo importante.

 

 
 

 

 

 
 

A través de la poesía se investiga la realidad y se comunica. Colmamos nuestras aspiraciones estéticas, superamos las limitaciones de la vida finita, dominamos la muerte e intentamos ingresar en la eternidad, ya que se centra en el interior de la persona y no en el exterior. El poeta ingresa en otra dimensión distinta a la realidad para trasformarla y expresarla de distintas formas líricas.

 

 
 

 

 

 
 

El yo dialoga con el tu que ocupa el lugar del mundo objetivo, existiendo una íntima correspondencia entre el yo y su desdoblamiento en el tu.

 

 
 

 

  •  

  •     ¿Qué es por tanto el poema? .-

 

 
 

 

 
 

Rimbeau afirmó que “el poeta es el poema” ya que la poesía es la visión instantánea que nos hace descubrir lo desconocido, no en una lejana tierra incógnita, sino que se realiza en el corazón mismo de lo inmediato del ser. “El poeta trabaja para volverse vidente”

 

 
 

 

 

 
 

Un poema es una estructura emocional “pensada sin pensar” que forma una unidad única,  cuyo fundamente sólo lo conoce el poeta, si es que es consciente de parte o del todo de dicho poema, porque normalmente, una sola palabra es elicitadora de un tema poético, a veces, más que, por su significado objetivo, por el subjetivo que le sugirió al poeta, que le lleva a explicar lo inexplicable.

 

 
 

 

 

 
 

El verso o la línea es el componente principal del poema, el cual está compuesto de una sola palabra o de varias, cuya peculiaridad principal está en el sentido metafórico que llega a alcanzar dicha línea o líneas, que van desarrollándose en forma estrófica o columna, constituyéndose en un molde rítmico a través del cual el poeta plasma los modos de expresarse, decir, ser y querer.

 

 
 

 

 

 
 

Con el ritmo se consigue dicha comunicación a modo de “tan-tan” o forma primitiva y arcaica de comunicarse, y lo hace dependiendo de la posición de las palabras, los morfemas, los lexemas, los acentos, las pausas y los espacios.

 

 
 

 

 

 
 

Partiendo de la espacialidad de la palabras Guillaume Apollinaire creó el llamado “Caligrama” o poema de composición tipográfica que reproduce la forma del objeto que motiva el tema poético. Fue el precursor del surrealismo literario, haciendo coincidir las figuras con el texto.

 

 
 

 

 

 
 

El poema, por tanto, es un producto de un ámbito cerrado en el que prevalecen las imágenes y no un argumento. Es un hecho del lenguaje en el que, si se varía la organización léxica o verbal, varía el sentido de dicho poema.

 

 
 

 

 

 
 

En el poema se vislumbra todo aquello que no se ve, ya que si se viera o se tocara dejaría de ser poesía y se convertiría en prosa narrativa o, cuanto menos, en prosa poética.

 

 
 

 

 

 
 

Juan Ramón Jiménez dijo. “no soy un literato, soy un poeta que realiza el sueño de su vida a través de convertir la palabra y su significado en lo único que importa: la belleza”

 

 
 

 

 

 
 

Y añadía...”la comunicación de la poesía no es hacia el grupo, sino hacia el individuo. La poesía para el poeta no es una labor del hombre sino “la labor de hombre”: es la vida. Poesía pura no es poesía reglada ni casta, ni noble, ni química, ni aristocrática, ni abstracta. La poesía auténtica y de calidad pura es la poesía que responde y despierta, es la poesía “responsable”, porque el hombre poeta debe responder de los sueños del hombre dormido.  El poeta verdadero es el que consigue responder con su mitad consciente, de lo que escribe su mitad subconsciente, oscuro o claro, absurdo o lógico, natural o extravagante. Debe responder siempre de cualquier extremo poético para que hable, escriba o cante manifiesta o silenciosamente. El poeta debe soñar, admirar, discrepar e inventar la vida y el mundo en cada poema.

 

 
 

 

 

 
 

Mallarmé afirmó que “el verso es la línea escrita perfecta”

 

 
 

 

 

 
 

La palabra “verso” proviene de la palabra latina “versus” que, en su origen se refería al movimiento de ida y vuelta ejecutado por el labrador al arar la tierra. Por eso el recorrido de un verso a otro es lo que genera el movimiento rítmico dentro de una estrofa o de un poema.

 

 
 

 

 

 
 

William Bather Yeats afirmaba: “el poema es un conjunto complejo y bien ensamblado de imágenes, sonidos y ritmos. Es un juego de palabras que descubren la semejanza de las cosas, sus antítesis, significados ocultos, construyendo rompecabezas simbólicos en la mezcla de significados”

 

 
 

 

 

 
 

De aquí que el poema sugiera más que describa o cuente. Dice sin decir, de forma hermética y completa, sin que esto quiera decir que tenga que rozar con el esoterismo de Hermes, ni mucho menos, sino que debe ser una unidad comunicativa indestructible, inatacable e inalterable a modo de esfera que encierra todo en sí misma. No es una parte de un todo, sino que es el todo unificado,  aún sin llegar a ser la unicidad que sólo ha de existir en la cualidad del Ser Supremo. 

 

 

 
 

Tampoco esto quiere afirmar el oscurantismo que mucha poesía encierra en sus palabras que no llegan a comunicar por incomprensibles o no ocupar el justo lugar en el verso o en el poema, pues un poema no necesita de la erudición, del tecnicismo semántico o de las imágenes rimbombantes  para que sea bueno. Se puede escribir un poema responsable y puro con palabras sencillas de léxico corriente o vulgar, incluso con palabras inventadas. Cómo hemos dicho, el poema depende del ritmo que producen los acentos, las pausas y la espacialidad de las palabras en el contexto poético.

 

 
 

 

 

 
 

Pero aún podemos ir más allá y manifestar que, cada palabra, cada verso o línea, cada estrofa, es una unidad independiente dentro del poema, porque en cada una de esas partes hay un fragmento del sentimiento o de la emoción que embargó al poeta mientras creaba. El poema es el todo, o la conciencia del conocimiento completo.

 

 
 

 

Cada verso y estrofa es una síntesis del pensamiento suscitado por los sentimientos que se elaboraron mediante procesos complejos a través de los sentidos que aprehenden las cosas y las situaciones, convirtiéndolos en “sentires” o “sensibilidades”, por lo que el motor del pensamiento es siempre el sentimiento y, el sentimiento, la causa del poema.
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